Se acabaron las rotaciones. Ahora te toca, Messi.

Messi es la esperanza en la Copa y ante un calendario exigente. En febrero vuelve la Champions y se viaja a Bilbao, Sevilla y Santiago Bernabéu.

Cuando el fin de semana pasado el Barcelona salió a jugar en el Camp Nou su partido de Liga ante el Leganés sin Messi en el once titular la conclusión generalizada era que el argentino descansaba pensando en la ida de cuartos de final de Copa en el campo del Sevilla. La hipótesis se fue al traste cuando el martes Valverde anunció la convocatoria para el duelo del Pizjuán y el argentino no aparecía.

Descartada cualquier molestia física, pues ante el conjunto madrileño jugó media hora sensacional y el martes se entrenó a todo tren, no cabe otra explicación que deducir que jugador y técnico pactaron un descanso ante lo que se le avecina al Barça: un calendario exigente en Liga que se ha complicado por la necesidad de remontar la eliminatoria ante el Sevilla.

Liga exigente. A pesar de liderar la tabla, parece que al Barça no le va a tocar otra que exprimir a Messi porque le viene un calendario muy duro. El domingo visita Gironatres días antes de recibir al Sevilla en busca de la remontada. A continuación, los rivales que se le acumulan al conjunto de Valverde son de esos ante los que no se puede despistar. El Valencia visitará el Camp Nou antes del viaje al Nuevo San Mamés para enfrentarse a un Athletic que ha renacido. El Valladolid será el rival en casa antes del partido de Champions en Lyon, tras el cual el conjunto blaugrana volverá a visitar el Pizjuán para acabar esta maratón en el Santiago Bernabéu. Y si se remonta ante el Sevilla el miércoles hay que sumar una eliminatoria de semifinales de Copa entre los partidos de Valencia y Athletic en la ida y Sevilla y Real Madrid en la vuelta.

Ante esta situación, parece muy poco probable que Messi pueda volver a tomarse un descanso más allá del partido en casa ante el Valladolid tres días antes de retomar la Champions.

Cuando faltó Messi a causa de su lesión en el brazo en octubre, Luis Suárez tiró del carro y últimamente Dembélé, ahora lesionado, ha demostrado su eficacia goleadora liderando al equipo en el partido de vuelta de la Copa contra el Levante. En cambio, se echa de menos la aportación de un Coutinho perdido.

En Sevilla, Valverde apostó por los menos habituales y el Barça salió escaldado. Parece claro que cualquier opción de remontada en Copa pasa por la participación del argentino, al que se le acumula la faena.

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